08 Marzo 2023

Futuro ingeniero comercial participará en competencia sobre innovación en España

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En Chile ingresan más de un millón de toneladas de plástico cada año, siendo un 43% destinado para la industria de envases y embalajes, a una tasa de reciclaje de solo un 8,5% para el 2022.

Frente a este escenario es que surge Relier, una empresa que se enfoca en la fabricación de biomateriales a partir de desechos industriales, bajo un modelo de negocios sostenible, responsable y circular, el cual busca sacar el plástico definitivamente el plástico de la ecuación.

Uno de los cofundadores de esta iniciativa es Ignacio Jaque, estudiante de último semestre de Ingeniería Comercial de la U. Andrés Bello, y que viajará a Valencia, España, donde se realizará la final de Santander X Global Award el 8 y 9 de mayo.

La empresa, que lidera este joven de la UNAB (junto a Constanza Molina y Sebastián Molina, de otras universidades) y que creó un envase para arándanos compostable y biodegradable generado de desechos de la industria maderera y agrícola, representará en la cita internacional a Chile en la categoría Launch, dirigida a emprendimientos que estén en la etapa de prototipo.

Oriundo de Linares, este futuro ingeniero comercial reconoce que “esta oportunidad es increíble y significa mucho, ya que es un certamen de gran envergadura, que reúne a varios equipos de distintos países. Además, está el detalle de que todo va a ser en inglés, lo que es bastante entretenido, pero exigente a la vez y nos pone en un entorno mucho más competitivo en general”.

El estudiante de la UNAB agrega que “estamos súper orgullosos, primero pasamos por la versión local del Santander X Award y nos fue bastante bien, pudimos sacar el segundo lugar y eso nos abrió las puertas para poder postular a la versión global. Sabemos que la categoría accelerate tiene a dos equipos chilenos y nosotros somos el único equipo del país en categoría Launch, lo que nos da un incentivo extra”.

¿Cómo parte el interés por la innovación y el emprendimiento?

Primero, creo que es un tema de gusto. Es tan simple como pensar por primera vez como hacia dónde quieres enfocar lo tuyo, es decir, ser independiente o salariado. Después creo que tiene ver con las capacidades que sentimos que cada uno tiene, la experiencia con ciertos ramos en relación con el emprendimiento e innovación y también viene desde las ganas que hay siempre de crear.

¿Cómo nace proyecto Relier?

Es esencial entender que, si bien hay una oferta y un producto que estamos tratando de mostrar, lo importante es la materia prima que hay por detrás, que en este caso son los sarmientos de vid o las podas de las viñas, que son las ramas que van quedando y caen. Construimos la idea en la base de pensar en ofrecer algo que fuese escalable, que tuviese alto impacto y, cuidando también que llegara al sentido común de las personas.

Básicamente estamos apuntando a desarrollar un clamshell, es decir, los clásicos empaques en forma de concha que uno puede encontrar en las góndolas de los supermercados, adentro tienen frutas, generalmente, pero también hay ciertas verduras.

Empezamos a ver la posibilidad de poder desarrollar algo con este grado innovador que también ayudase a compartir un problema atingente y eso tiene que ver con la tasa de circularidad que tiene hoy en día el plástico.

Para nosotros era muy importante que todo llegase a tener sentido, sobre todo, el área de cómo conseguir la materia prima, hacer un estudio para saber si existe un mercado que lo quiere comprar, identificar si el problema es realmente es problema y necesita una solución y, por supuesto, en ese mismo proceso es cuando nace la parte como más potente que hoy en día tiene el proyecto que, más allá de que sean un envase con conciencia ambiental construido bajo un concepto de economía circular, va a atacar un problema que tiene nuestro segmento de clientes, que en esta oportunidad son los comercializadores de arándanos a nivel nacional e inclusive mucho más apuntado al exportador.

Hoy, estamos tratando para generar la mayor cantidad de investigación con colaboradores de biotecnología para que este empaque tenga la capacidad de poder retardar la maduración de la fruta, por esto nosotros estamos tratando de entregar una pequeña solución a estas pérdidas económicas -mermas- con la maduración de la fruta.

¿Qué herramientas te entregó la UNAB para desarrollar este negocio?

Yo creo que es algo tan simple como la formación que me entregó con su malla curricular. Siendo más específico, creo que el emprendimiento e innovación va mucho de la mano, con el marketing y con la investigación de mercado que eran ramos que tuve y, sumado a eso, la malla tiene asignaturas específicas de innovación y eso es increíble porque los profesores que lo imparten son muy buenos. Por otro lado, hace poco nos estamos familiarizando con el área del emprendimiento de la universidad y nos terminamos dando cuenta que esto va en ascenso.

 

Escrito por Sonia Tamayo